viernes, 28 de mayo de 2010
Incornazione alla francese
Ha sido una semana extraña; más extraña de costumbre. Primero, al borde del éxtasis; ahora, al borde del llanto. Como veis, puedo superar con creces los límites de lo kitsch. Me pierdo. La semana comenzó, paradójicamente, el martes pasado con una llamada de teléfono. Al parecer, Fernando se dignaba a presentarse. Una invitación y un beso nos pone a Fernando todavía más cerca. Mi incontinencia verbal regresaba. La increíble L'Incoronazione di Poppea y su duetto entre Nerone y Lucano, sometidos a Eros, que no a Amor, dotan a todo lo anterior de musicalidad y poesía. Como ellos, exulto y, en medio de mi exultación, me voy perdiendo. Y en perdiéndome, todo prosigue, deprisa, entre requiebros cruzados. Mi yo, más estúpido y ciego de lo habitual, se ilusiona. Me vuelvo a perder. Dura poco. Pronto salgo de mi bucle o, más bien, me sacan de él. Sabia decisión. Y aquí estoy de nuevo, escribiendo mientras escucho viejas canciones francesas. Lo kitsch y lo tópico vuelve a aparecer, yo sigo tan perdido y todo suena tan bien en francés. ¿Dónde se habrá metido Fernando?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario