sábado, 10 de septiembre de 2011

Quiero ser vintage


Un ambiguo adonis rubio tocado con un sombrero canotier, un muchacho moderno, el típico gafa-pasta, y una joven con un look y una mentalidad absolutamente vintage. Todos juntos, pero, para desgracia de los dos últimos, no revueltos. Ellos son los excéntricos personajes que presenta Los amores imaginarios, película del franco-canadiense Xavier Dolan.

Esta película ha hecho que uno arda de la envidia. Xavier Dolan, director y uno de los protagonistas, tiene solo 21 años. 21 años y ya dirigiendo sus propias películas... Así nos deja a los demás como zorras perezosas. Pero, al ver la película, no sólo me invade la vil envidia, sino también cierta melancolía. Dos de los personajes caen enamorados del tercero, que se complace en el galanteo. Nadie parece tener mucho éxito. El uso de la cámara lenta y las suites para violonchelo solo de Bach ayudan a que alguna lágrima aparezca.

Además de lo anterior, lo mejor es la estética. Todo un ABC del moderneo. Gafas de pasta, raya en el ojo, pantalones pitillo, jerseys oversize... Delicioso. Recuerda, a veces, a Won-Kar-Wai; otras, a Woody Allen y, muchos de los surrealistas diálogos, a Almodóvar. ¿A quién no le gusta un sombrero canotier, un suéter color mandarina y unas tazas de porcelana?

1 comentario:

  1. Anónimo9/2/12

    Me gustó tu descripción, y tu sinceridad!

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