
Siempre que escucho el Trío para piano de Claude Debussy me acuerdo de ti. Tú me lo mostraste un día en casa. ¿Lo recuerdas? Nos pasábamos un buen rato escuchando música antes de ir a dormir. Al principio, la pieza no me gustó mucho. Conviene escucharla solo, es íntima, muy ligera y, sobre todo, delicada. Es la composición de un adolescente que despierta a la vida. ¿Sabías que Debussy la compuso con dieciocho años?
La ilusión y brillantez del primer movimiento me hace recordar la noche en que nos conocimos. Hoy se cumple un año. Allí estabas tú con un trench beige, esperándome a la entrada del Retiro. Me pareciste encantador. Luego empezaste a hablar y lo confirmaste. Encantador. Fue una conversación larga y deliciosa. Incluso que me robasen la bicicleta esa misma noche no disminuyó mi gozo. Había encontrado a mi ideal. Un muchacho culto, elegante, educado... Había conocido a un artista.
Sin embargo pasó el tiempo y llegó el desengaño. El chico encantador resultó ser una culebra. Yo estaba enamorado de ti y tú lo sabías. Me hacías ilusiones, luego te apartabas y vuelta a empezar. Tu me torturabas y yo me dejaba torturar. Cada día me hacías sentir más pequeñito, más mediocre, más triste. Cuantísimo daño me hice por tu culpa.
Ha pasado un año y todavía sigo pensando en ti. Siempre tan juicioso, me lo advertiste la mañana en la que te dije que no quería verte más. Te quise mucho, pero ya no te quiero. Simplemente, al pensar en ti, siento pena. Si no hubieses sido tan frío y cruel, habríamos sido muy felices. En fin, el tiempo ha pasado y todo lo que no me dabas tú lo he encontrado en otra parte. Él no toca a Bach, pero tiene más corazón. Eso que tú nunca utilizaste conmigo.
que valiente eres tancredi!
ResponderEliminarxm