miércoles, 4 de mayo de 2011

Dionisio contra Apolo


Podría ser en Palermo, en el siglo XII. Roger II se ve arrastrado por un culto nuevo, por un dios desconocido. También podría ser cualquier ciudad actual. Una acomodada pareja burguesa se ve amenazada por una nueva ideología, en la que sexo y drogas son los protagonistas. Esta idea de contemporaneidad es lo que Krzysztof Warlikowski, director de escena del último montaje de la ópera Król Roger, quiere transmitir al público del Teatro Real.

Król Roger fue compuesta por el compositor polaco Karol Szymanowski y estrenada en Varsovia en 1926. El libreto, elaborado por el compositor y su pareja Jaroslaw Iwaszkiewicz, se basa en Las Bacantes de Eurípides y en El nacimiento de la tragedia de Nietzsche, así como en las propias experiencias de Szymanowski en Sicilia y el norte de África. Al igual que en la obra del filósofo alemán, en la ópera aparece constantemente la lucha dialéctica entre equilibrio y desequilibrio, cristianismo y paganismo, Eros y Tánatos, Dionisio y Apolo. Ello provoca en todo momento una gran tensión en la psicología de los personajes, que se expresa en unas melodías que nos recuerdan a Richard Strauss, Stravinsky y Debussy.

Valiéndose de este material, el director de escena, convirtiéndose en autor, superpone una nueva creación. En ella logra agrupar muchas de las manifestaciones artísticas de las últimas décadas. Así nos encontramos con una obra de arte total, donde tiene cabida el teatro, la música, el cine, el videoarte, la danza y la instalación. Warlikowski logra una obra más que provocativa, provocadora, que se burla del conservador teatro alla italiana y se complace en sus abucheos. Una incomprendida y barroca delicia para los sentidos.

Król Roger
Karol Szymanovski (1882-1937)
Dirección musical de Paul Daniel
Dirección escénica de Krzysztof Warlikowsy
Del 25 de abril al 14 de mayo en el Teatro Real.


2 comentarios:

  1. Necesito un curso de ópera contemporánea ¿das clases particulares? :)

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  2. No te creas que yo tengo muchos conocimientos. Sé qué me gusta y qué no me gusta. Y esta, definitivamente, me gusta, jajaja

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