domingo, 6 de febrero de 2011

Vanitas vanitatis omnia vanitas


El término vanitas designa una categoría particular dentro del género de bodegón, muy practicado en el norte de Europa durante el siglo XVII. Destacan las obras de los neerlandeses Pieter Claez y Harmen Steenwijck. Si bien, este subgénero fue provechosamente practicado en España, de la mano de Antonio de Pereda o Juan Valdés Leal. En una vanitas los objetos representados aluden a la fugacidad de la vida. Así, son recurrentes los las flores, las frutas o las partituras, que representan lo caduco y lo efímero. Junto a todo ello, la omnipresente calavera, imagen de muerte.

De lo anterior, podemos extraer que el mensaje de la vanitas es que detrás del lujo y los placeres mundanos, siempre ronda el espectro de la muerte. Nos enseña que los hombres nos entretenemos en vanos sentimientos como la autocomplacencia, la soberbia y el afán de medrar. Todo ello, sin saber que el tiempo, inexorablemente, se va escapando poco a poco. La vanitas es, en definitiva, una invitación a disfrutar de lo realmente importante.

Teniendo en cuenta que el mayor defecto de quien os escribe es la vanidad, no deja de resultar edificante la contemplación de estas obras. Poco importan la belleza, el lujo o el placer, si se carece de bondad, inteligencia y moral. Una vida movida por los primeros, tiene como reverso la arena que se va escurriendo por el reloj, poco a poco, y la terrible calavera descarnada. Así, de nada sirve vanagloriarse de uno mismo, si todos vamos a acabar de la misma forma, en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.


1 comentario:

  1. tremendamente de acuerdo... buen cambio de aspecto; la primavera está al llegar.

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